Las presiones internas y externan acaban con la dimisión del gerente de la OFM
Una de las principales diferencias entre las orquestas profesionales y las orquestas amateur es la existencia de un órgano administrativo que se encarga de trabajar en que la agrupación tenga y mantenga actividad, empleados y solvencia financiera.
El puesto más relevante en este órgano es el de Gerente, y hemos podido conocer esta semana a través de diversos medios que Juan Carlos Ramírez, el hasta ahora máximo responsable administrativo de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM), ha dimitido tras unos meses muy turbulentos.
Dimite, pero no se va. Veamos qué ha pasado.
Contratación de músicos fraudulenta
En los últimos meses la gestión de la OFM se ha visto salpicada por irregularidades en la contratación de músicos temporales y por problemas para completar la plantilla de los conciertos de abono.
La OFM ha llegado al punto de ser multada por la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Málaga al detectar que las contrataciones fraudulentas llevan produciéndose desde 2021 y afectan a más de 50 músicos.
Tras esta infracción, los problemas para completar los puestos de intérpretes en los conciertos se hicieron más evidentes, afectando incluso a lo artístico con cambios de programa y sustitución de las piezas y compositores anunciados en un principio.
Descontento interno
Según informa Diario Sur, el clima laboral de la propia orquesta se ha enrarecido en esta última etapa, y se ha hecho patente, ya que el comité de empresa emprendió una campaña de recogida de firmas para protestar por la ‘nefasta’ administración de la OFM y exigir la destitución de su gerente.
El ambiente de trabajo en una orquesta es algo que afecta directamente al resultado artístico y a la calidad de los proyectos. Una administración que no responde a las necesidades del músico es una administración fallida.
25 años de Gerencia
Vinculado a la OFM casi desde sus inicios, Ramírez, de formación economista y ligado a la asesoría fiscal y contable, comenzó su andadura en 1995 como jefe de Administración del consorcio de la orquesta Gerente desde 1999. Tras dimitir, volverá a su antiguo cargo.
La OFM es de financiación pública, un 50% a cargo del Ayuntamiento de Málaga y otro 50% a cargo de la Junta de Andalucía, y su gerente cobraba 70.816,90 € brutos anuales en 2019, según Newtral.
Basta con buscar en Google ‘Orquesta Filarmónica de Málaga’ y darse cuenta de que la institución no ha sabido adecuarse al contexto actual y a la era digital en que vivimos.
Incluso, la cuenta que da cobertura a las noticias de la orquesta en Instagram se llama ‘Músicos de la OFM’, poniendo en evidencia la separación que hay entre la cara artística y la cara administrativa de la institución.
Nuestra visión
Desde LEGATO podemos afirmar que la situación administrativa, artística y digital de la OFM es un espejo en el que mirarse para saber que NO hacer, pues su línea de actuación no se adecúa a los valores plasmados en nuestro aLegato.
Inexistencia del trabajo de marca, uso pobre de los medios digitales, comunicación desfasada, poca originalidad e innovación en sus proyectos… todos ellos ingredientes que se integran en las problemáticas que LEGATO Music Network identifica diariamente en este sector.
Precisamente ese es nuestro trabajo, LEGATO ayuda a los músicos para que todos estos ingredientes formen parte del plato final.
Afortunadamente, no está todo perdido. Se intuye unión entre los músicos de la OFM y motivación de trabajar para revertir la situación de la orquesta.
Quizá, si la nueva dirección es lo suficientemente hábil como para contentar las ambiciones artísticas de sus músicos y conseguir un rendimiento eficiente de los presupuestos con los que cuenta, la orquesta pueda emprender el camino para posicionar su trabajo y dar valor y calidad a sus propuestas.